Callada y resignada
cual paloma de convento,
va de casa hasta la iglesia
y el domingo al cementerio.
Allí reposan sus padres
a los que tanto quería,
por que eran ellos quien daban
consuelo y cara a su vida.
Por no atreverse a estar sola
ahora vive con su hermana,
vendiendo su libertad
por ganar seguridad.
De dueña paso a criada
aquella tía adorada,
por tres chiquillos bribones
que colman sus ilusiones,
Nunca, nunca de amores
ha sabido y quiere hablar,
pero de noche en su cama,
sus carnes en brasa,la hacen pecar.
Quien fuera golondrina
escuchando se oye hablar,
para cruzar vastos mares
y en otra tierra encontrar,
un amante apasionado
para poderlo abrazar,
y sentir en mis entrañas
su fuerte cuerpo clavar,
por saciar este deseo
que mi sangre quiere hallar.
A si se duerme, dejando abierta la ilusión,
para que el dulce sueño
apague su pasión.
Llega el alba, y cierra su balcón,
y de nuevo vuelve
su casto corazón.
Vuelve de nuevo
su vida a la quietud,
y sin vivir la, se va su juventud.
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