No me digas que me quieres,
que lo nuestro no es de amores.
No me llames para hablarme,
por que deseo olvidarte.
No me esperes en la puerta,
por favor, yo te lo pido,
que si te veo, el sentido,
lo pierdo y me voy contigo.
Cupido tuvo la culpa,
los dardos equivocó,
y confundió por quereres
el fuego de los placeres.
Sé, que fue una locura,
abandonarme al deseo,
locura que me tortura,
entre placer y amargura.
No sé, porque se encontraron
mis pasiones en tu cama,
si yo tengo mis amores,
y al mentirle pierdo el alma.
No sé que hechizo reinaba,
la noche que te besé,
para dejar tanta herida,
tras el placer que encontré.
Locuras,
deseos,
placeres,
pueden más que los quereres.
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