No hay dinero en este mundo,
que compre mi voluntad,
ni placeres ni pasiones,
que cambien mi libertad
No hay pena que no me duela,
ni arma que es para matar,
que antes quisiera ver rota,
que su nombre yo escuchar.
No hay día que no me escuche,
por saber de mi verdad,
para vivir bien la vida,
y aprender un poco más.
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