Solos a su casa fuimos a estudiar
y a la media noche la cabeza parecía estallar.
Abrimos dos colas para refrescar
y música dulce para relajar.
Tumbados en su cama
nos dejamos llevar,
cuando un beso en la boca
me dio la pelirroja.
Salieron los fuegos
y empezaron los juegos.
Su cuerpo y deseo
descargó sobre mi,
rozando sus pechos en mi cara cuando habló.
Quedate pasivo.
Piensa que eres mio,
que esta noche yo el timón quiero llevar.
Dulce suena la canción.
Fuerte baila el corazón,
por su deseo me dejo llevar,
que la pelirroja
hoy me quiere amar.
Cierro los ojos,
no quiero mirar,
que siga su juego
me empieza a gustar.
Con todo su fuego
me dejo quemar,
por la pelirroja
me voy a mojar.
Yo sigo pasivo
sin hablar ni reproche,
pues la pelirroja
manda esta noche.
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