Abandonados los campos,
los frutos perdidos van.
Venid hermanos.
Venid todos.
Aquellos que de la tierra sacáis el
pan.
Los que removéis el aire con vuestro
afán.
Venid,
los que dais refugio y calor
y los que lloráis de amor.
Por que cada gota de llanto,
sera, río de honor.
Venid hermanos.
Venid todos.
Por que con vuestra tierra, aire, agua y fuego,
volverán los campos,
a brotar de amor.
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